Rafael Obligado: una escuela santafesina que sabe honrar la literatura nacional
(De El Nacional) - La Escuela 1117 "Rafael Obligado", de Villa Gobernador Gálvez, organizó un Taller Literario con el que se busca acercar a los alumnos a la lectura y, en particular, a la literatura nacional. Con el periodista y escritor santafesino Nobel Passaglia como único invitado a dar una charla acerca de la literatura gauchesca, de la que es autor, la escuela inaugura así un ciclo de talleres dirigidos a un mayor acercamiento de los alumnos a la literatura mediante la participación activa y la interacción con sus compañeros, docentes y escritores.
El taller, que tiene como objetivo primario el acercamiento del niño a la lectura mediante estructuras grupales de análisis y comprensión, fue diseñado por el cuerpo directivo y docente con el propósito de abrir un espacio que permita a los alumnos interactuar en un ámbito propicio y con métodos atractivos.
Al respecto, la directora Inés Clemente, la vicedirectora Dora Botti y las profesoras de nivel primario Myriam Passaglia, María Inés Chiera y Yanina del Valle Bono, coincidieron en señalar que los resultados logrados en las primeras experiencias son más que alentadores.
"Los chicos nos dieron una feliz sorpresa. No sólo se interesaron por distintos géneros; sino que además proponían sus propias formas de abordaje del material con el que trabajaban. Eso nos alienta aun más a extremar esfuerzos para darle a estos talleres lo mejor de nosotros", dijo la videdirectora.
"Popi", como la llaman los chicos con tanto cariño como respeto, destacó "el entusiasmo de estos chicos para meterse en la lectura, intercambiar opiniones, resaltar aspectos. Es algo que emocionaría a cualquier docente y nosotros tuvimos la suerte de disfrutar de esa emoción mientras preparaban el taller y ahora que lo presentaron".
Por su parte, Inés Clemente señaló que "la escuela cuenta con los mejores recursos humanos para que tanto el taller literario como otros que se desarrollan con idéntico resultado, sean posibles. Esto nos llena de satisfacción, de alegría; y nos alienta a trabajar más y más, tengamos el presupuesto suficiente o no".
Durante el encuentro, en el que los alumnos leyeron segmentos de una obra de Nobel C. Passaglia, el escritor habló acerca del valor de la palabra escrita en el proceso comunicacional periodístico y literario, del ejercicio responsable de la libertad a través de ella, la decisiva importancia de su buen uso en los medios de comunicación y los efectos negativos que su maltrato causa en la familia.
También propuso a los chicos hacer un ejercicio de comprensión del valor de la palabra y su uso en casa, con sus padres y su familia. Más tarde, las profesoras invitaron a los alumnos que tenían preguntas para hacer. En cuanto a la obra leída, el autor íntercambió vivencias con los chicos, los docentes y algunos padres, de los cuales una señora, con lágrimas en los ojos, se acercó para decirle "el Hornero Pedro que usted escribió y que leyeron los chicos es la vívida imagen de mi padre". Y se quedó mirando entre sus lágrimas a los chicos que uno tras otro lo ametrallaban a preguntas y pedidos de autógrafos que firmó "con disculpas, porque me queda muy grande andar firmando autógrafos".
"Fue maravilloso haber podido recibir de estos chicos desde el respeto y la emoción con que leyeron lo que habían preparado hasta sus preguntas acerca de mi infancia, dónde nací, si había sido feliz en la escuela, qué me impulsó a ser escritor. Quizá, el mejor premio que pueda recibir un escritor sea el de un chico leyendo su obra como lo hicieron estos pibes hoy. Es más, ahora estoy seguro", dijo con visible emoción.
El taller, que tiene como objetivo primario el acercamiento del niño a la lectura mediante estructuras grupales de análisis y comprensión, fue diseñado por el cuerpo directivo y docente con el propósito de abrir un espacio que permita a los alumnos interactuar en un ámbito propicio y con métodos atractivos.
Al respecto, la directora Inés Clemente, la vicedirectora Dora Botti y las profesoras de nivel primario Myriam Passaglia, María Inés Chiera y Yanina del Valle Bono, coincidieron en señalar que los resultados logrados en las primeras experiencias son más que alentadores.
"Los chicos nos dieron una feliz sorpresa. No sólo se interesaron por distintos géneros; sino que además proponían sus propias formas de abordaje del material con el que trabajaban. Eso nos alienta aun más a extremar esfuerzos para darle a estos talleres lo mejor de nosotros", dijo la videdirectora.
"Popi", como la llaman los chicos con tanto cariño como respeto, destacó "el entusiasmo de estos chicos para meterse en la lectura, intercambiar opiniones, resaltar aspectos. Es algo que emocionaría a cualquier docente y nosotros tuvimos la suerte de disfrutar de esa emoción mientras preparaban el taller y ahora que lo presentaron".
Por su parte, Inés Clemente señaló que "la escuela cuenta con los mejores recursos humanos para que tanto el taller literario como otros que se desarrollan con idéntico resultado, sean posibles. Esto nos llena de satisfacción, de alegría; y nos alienta a trabajar más y más, tengamos el presupuesto suficiente o no".
Durante el encuentro, en el que los alumnos leyeron segmentos de una obra de Nobel C. Passaglia, el escritor habló acerca del valor de la palabra escrita en el proceso comunicacional periodístico y literario, del ejercicio responsable de la libertad a través de ella, la decisiva importancia de su buen uso en los medios de comunicación y los efectos negativos que su maltrato causa en la familia.
También propuso a los chicos hacer un ejercicio de comprensión del valor de la palabra y su uso en casa, con sus padres y su familia. Más tarde, las profesoras invitaron a los alumnos que tenían preguntas para hacer. En cuanto a la obra leída, el autor íntercambió vivencias con los chicos, los docentes y algunos padres, de los cuales una señora, con lágrimas en los ojos, se acercó para decirle "el Hornero Pedro que usted escribió y que leyeron los chicos es la vívida imagen de mi padre". Y se quedó mirando entre sus lágrimas a los chicos que uno tras otro lo ametrallaban a preguntas y pedidos de autógrafos que firmó "con disculpas, porque me queda muy grande andar firmando autógrafos".
"Fue maravilloso haber podido recibir de estos chicos desde el respeto y la emoción con que leyeron lo que habían preparado hasta sus preguntas acerca de mi infancia, dónde nací, si había sido feliz en la escuela, qué me impulsó a ser escritor. Quizá, el mejor premio que pueda recibir un escritor sea el de un chico leyendo su obra como lo hicieron estos pibes hoy. Es más, ahora estoy seguro", dijo con visible emoción.